Triángulos amorosos y chorradas varias.

Sí, llevo tiempo sin actualizar (o poniendo chorradas), pero es que últimamente estoy falta de todo: de ánimo, de originalidad, de fuerzas para escribir... No sé que me pasa. Me he vuelto a atascar en el libro de Haru. Quizás es que me exijo demasiado a mí misma. O que simplemente no valgo para esto y me cuesta asumirlo... En fin. 

Me paso las horas mirando a la nada y reflexionando por qué se supone que gustan mis historias. Quiero decir, es lo mismo de siempre, ¿no? Soy una escritora juvenil, según muchos jamás llegaré a la suela de Wilde, Flaubert o Goethe, entre otros. Me gusta adentrarme en los personajes, pero cada vez me parece más inútil todo. Escribo las historias de las que todo el mundo conoce su fin. Ligeras, suaves, sí; pero es probable que también insípidas, que no llegan a ninguna parte. 

Aunque se dice que Dickens fue el primer escritor juvenil, en pleno s. XIX, sacando al mercado editorial obras como Oliver Twist o David Copperfield. Si es así, brilla algo de esperanza en mi camino y es probable que sí sea algo/alguien especial. 

No os confundáis. Cuando digo especial no me refiero a escribir libros que algún día serán bestsellers. Me encantaría, desde luego, no os voy a engañar. El hecho de que sea bestseller implica que ha llegado a mucha gente. Y eso es realmente mi objetivo: que llegue a mucha gente, que les guste, que les emocione. 

¿Estoy realmente capacitada para hacer eso o soy una ilusa? 

Pongamos el ejemplo de Nitroglicerina: es una historia que trata sobre lo importante que es seguir adelante, la libertad. Trata sobre como nace algo que puede cambiarlo todo (por ejemplo, una rebelión). Creo que son buenos valores, por mucho que os metáis con el "pagafantismo" de Lucas. ¿Qué queréis que os diga? TODO, repito, TODO iría mejor si hubiera más gente con los valores de Lucas: gente que lucha por lo que quiere, que piensa por su cuenta, gente incansable y vitalista a pesar de los sinsabores de la vida. Y, desde luego, gente honrada y valiente. 

¿Y qué hay de Oliver? Bien. Quizás a los que no sabéis ver más allá de lo superficial del asunto os parezca una copia "mal hecha" de personajes de Lit. Juvenil como Kirtash. Pues bien. No es así. Oliver no es un opuesto a Lucas, sino un complementario. No es el típico chico malo, principalmente porque él mismo asume que todos tenemos algo oscuro dentro de nosotros (sí, incluso el beatífico Lucas). ¿Que es algo calculador? Sí. ¿Tocapelotas? En ocasiones. Pero, queridos, no os olvidéis de que Oliver es alguien que se ha visto obligado a tener que arrancarse una parte de sí mismo para seguir viviendo. Y no pienso aclarar esto porque es SPOILER. 

¿Y qué si el triángulo amoroso está muy trillado? A mí me gusta. E intento con todas mis fuerzas que los triángulos sean un poco más interesantes que los que se venden ahora, tipo VampiritoGusiluz - Tonta - Pagafantas. Recordad que la literatura, sea del tipo que sea, es un completo feedback. Así que no habléis de similitudes, sino de lo que os transmite, joder, que algunos parecéis idiotas (sobre todo los que critican sin saber... Yo no miro a nadie.) 

Y sí, estoy mosqueada. Mosqueada con el mundo por ser así, sin ninguna perspectiva de cambio. Pero, sobre todo, mosqueada conmigo misma. Llevo días sin escribir, sin sentir esa ilusión de "¡Realmente valgo para esto!". Lo único que siento es amargura y ganas de tirarme en cama. Me siento enferma. 

Y ya está (Puede que esto os suene un poco a Elvisa, pero yo no estoy de coña.). Me he desahogado. Ahora, si os place, podéis comentar abajo, aunque sea para tirarme tomates (los que, por cierto, me sientan mal)

Adiós.