jueves, 15 de diciembre de 2011

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Querida Ángela de 16 años:

Espero que estés bien, a pesar de que sé de sobra que por estas fechas estás pasando una gastroenteritis de caballo. Te recuperarás, aunque el día de Año Nuevo no te aconsejo salir. Tú verás, pero yo (mi yo de 19) no lo haría. No es divertido estar tomando antibióticos que tumbarían a un elefante y que todo Dios te esté ofreciendo cubatas como si fuera el comentario más original del mundo. De todas formas, si sales y te hacen eso, no te lo tomes a mal: la gente es idiota, y su cerebro de pulga no es capaz de procesar que, en esas circunstancias, con un sólo cubata podrías acabar en el hospital.


Pero no es eso por lo que te escribo. Te escribo para aconsejarte que aproveches estos dos años de Bachillerato que vienen por delante porque, a pesar de las cosas malas que puedan sucederte, serán los mejores de lo que llevas de vida. Y, como comprenderás, sé de lo que estoy hablando.


Sacarás el curso sin problemas, en Humanidades eres un hacha. Rondando por mediados de 1º, sacarás la Revista Nautilus con el resto de tus amigos. Eso reafirmará en ti la idea de que lo que quieres es escribir.


 El verano será rápido y tranquilo. Crearás a Haru, Claude y Elle. Y, por lo que más quieras, no te estreses en Segundo de Bachillerato. Sabes que eres buena. Lo sabes.


Sacarás un 7 en Selectividad, pero no necesitarás más nota. Dudarás entre Bellas Artes o Hispánicas... Y aquí no te equivoques. Elige Hispánicas. Bellas Artes no hará más que darte disgustos.


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¿Sabes cuando estás sobre un sitio agrietado en el que está comenzando a formarse un agujero que se abre más con cada movimiento? Bellas Artes será así.  Llegarás a la Facultad creyendo que es la ilusión de tu vida, que es tu momento. Y, entonces, todas esas ilusiones estallarán en mil pedazos para dejarte vacía... Lentamente. Desterrada de tu propio talento e ingenio para hundirte cada vez más en una miserable mediocridad.


Tú no quieres eso. Tú no quieres estar angustiada pensando en que no-eres-lo-sufientemente-buena-y-nunca-lo-serás. No quieres pensar que no perteneces a ese lugar al que te ves irremediablemente atada. Y mucho menos quieres pensar en las toneladas de suspensos o aprobados raspados que te vendrán encima por esta razón.


Tampoco te gustaría la residencia o el piso. Los amigos de Pontevedra sí te gustarían, pero el ambiente de la casa no es el más propicio para ti si hay personas indeseables amargándote la existencia. Te gusta vivir tranquila. Eso también lo sabes.


Pero con esto, las entregas sin buenos resultados, tu maldito estómago y la mediocridad que no deja de abrazarse a ti como una sombra, no descansarás. Por eso quiero que elijas Hispánicas... Aunque sé que no lo harás. Eres jodidamente cabezona.


De todas formas, voy a darte un consejo: aprovecha el tiempo y nunca, nunca dejes que nadie se interponga entre lo que escribes y tú. No permitas que nadie te diga lo vulgar y mediocre que eres en ello, o terminarás como yo: repasando cada línea, preguntándote si vales o si, por el contrario, no eres lo suficientemente buena. Privándote a ti misma de disfrutar lo que es tuyo (y, aunque eres consciente de ello, es imposible dejar de hacerlo)


Se te quiere, enana.




Any

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